Nueva sección: Y si lo dice el título...

Hoy: El arte de ducharse.

Darse una ducha es todo un arte (y, si lo dice el título...). No es para cualquiera. Y tanto es así que no todo el mundo lo hace. Algunos por falta de higiene, otros simplemente por falta de ducha. Y sí, unos prefieren la bañera o que los enjabonen. Pero como decía, es un arte (ya lo dice el título, para qué voy a andar repitiéndolo, no?), y como tal requiere una técnica, una práctica y un perfeccionamiento. Por ejemplo, yo, antes de ducharme, me desnudo. Sí, puede sonar osado y hasta desagradable de imaginar, pero acá nombramos a las cosas por su nombre. Por eso a un tío mío, que toda la familia le dice Tito, yo lo llamo Marcos, tal como le puso su madre (mi abuela). Es más, nunca supe porqué le dicen Tito, pero tampoco me preocupé por averiguarlo. Bueno, el caso es que estaba exponiendo sobre el arte de ducharse y ya había explicado que si el título de este artículo lo certifica, yo no soy quién para andar desafiando titulares. También había aclarado que en mi caso, pues no conozco qué hará el resto de la población humana ya que siempre me he bañado en soledad (intenté una vez bañarme son Soledad Bete, una amiga de la facultad, pero me dio un sopapo y nunca más volvimos a vernos ni supe nada de ella hasta hace poco cuando me enteré que se había metido en un convento. Sor Bete le decían la otras monjas), en mi caso, me desvisto para el ritual que conlleva tal actividad, o arte, si es que no buscamos la confrontación y seguimos con la idea que nos propone el título de este folletín. Y por último estaba hablando de mi tío Marcos (o Tito, según el resto de mi familia). Lo que no alcancé a contarles es que Marcos (el que mi familia le dice Tito) tiene un taller mecánico desde hace 14 años y que el mismo día de la inauguración su esposa, Tita (yo le digo simplemente Tía porque su apodo, Tita, ni su nombre, Julia, me gustan... después de todo es mi tía, no? Y tengo todo el derecho de llamarla Tía) le hizo una flor de escena porque Marcos, -Tito- tenía colgados en el taller unos posters de Beatriz Salomón desnuda. Ja! Desnuda! Como si estuviera lista para darse una ducha! Ahí, mi tía, Tita, o Julia, como quieran llamarla, yo ya declaré que prefiero decirle simplemente Tía, lo mando al Marcos –Tito- a darse una ducha fría y canceló la fiesta. A mí me vino bárbaro porque aproveché y me comí todos los sanwichitos de miga que habían comprado para la ocasión. Al decir, ocasión, me refiero obviamente a la inauguración del taller mecánico de mi tío Marcos/Tito. Y después nopude ducharme por una hora, porque si uno se ducha enseguidita de comer, me dijo mi tío Marcos/Tito, que hace mal.
Bueno, y por último, para ir concluyendo, conviene explicitar que es importantísimo que haya agua, es decir, que el preciado líquido inodoro, incoloro e insípido salga por la ducha, porque una vez traté de ducharme y debido a que no sé porqué razón se había cortado el suministro de H2O (para los que no estén familiarizados con la tabla periódica de elementos, me estoy refiriendo al agua), no pude hacerlo. Por suerte no me había desnudado del todo. Todavía tenía puestas mis medias. Siempre, pero siempre, la última prenda que me saco antes de meterme a la ducha, son las medias. Entonces no logré sentir el frío de la baldosa del baño, y todo bien.
En resumen, si es que ese día (o todos los días en que uno quiera ducharse) no se cortó el agua, es difícil que una persona en sus cabales (ni idea de dónde viene esa frase, o si está bien aplicada a la ocasión, pero siempre quise usarla) tenga mayores problemas a la hora de darse una buena ducha.