Sección: Y, si lo dice el título...

Hoy: El arte de prepararse un buen tostado de jamón y queso.

Prepararse un buen tostado de jamón y queso es todo un arte (y, si lo dice el título...). Por empezar, no cualquiera puede hacerlo, no sólo por el simple y a la vez complejo requisito de poseer las habilidades necesarias, sino porque es imprescindible contar con los elementos comestibles y los no comestibles para prepararlo. Esto es: los comestibles consisten en pan (al menos dos rodajas), queso (preferentemente del tipo cremoso, pero puede ser de casi cualquier otro tipo, menos el roquefort y el duro, ese que se usa para rallar... yo una vez usé ese y no sólo no se derritió, sino que el domingo siguiente toda la familia me recriminó que no haya queso duro para ponerle a los ravioles de verdura y ricota que había traído mi tío Marcos, el que le dicen Tito), y jamón cocido. Se puede usar otro tipo de fiambre, pero no queda tan rico. Y los elementos no comestibles: el tostador, y un cuchillo. Contar con los elementos tanto comestibles como no comestibles es sencillo para cualquiera que tenga un trabajo estable, o que viva de arriba. Sólo será necesario abrir la heladera y sacar los elementos comestibles que previamente alguien se habrá tomado el tiempo y trabajo de comprarlos. O en su defecto, se puede ir al supermercado o almacén vecino a comprarlos, tarea no muy complicada que digamos si uno cuenta con los conocimientos necesarios para comprar bienes y servicios utilizando dinero dentro de un sistema económico capitalista como el que tanto gusto nos da vivir. La cosa se complica si uno no tiene trabajo, por ende no tendrá dinero y ya que con el dinero se compran bienes y servicios dentro del sistema económico capitalista que tanto gusto nos da vivir, no podrá comprar el tostador, ni el jamón, ni el queso, y es probable que no tenga dinero para pagar la electricidad, o el gas. Pero no nos preocupemos por eso, ya que esta es una sección de arte, y el mismo (el arte) no es para los pobres. Entonces decía... En realidad no dije mucho, así que empecemos a crear arte, o un tostado, que para el caso y como dice el título, es lo mismo. Lo primero que recomiendo es enchufar el tostador para que se vaya calentando. Luego, colocar las rodajas de pan sobre el mismo (sobre el tostador, no sobre el pan! Obvio!) para que se vayan calentando también. Entonces con el cuchillo cortar un pedazo de queso no muy fino porque sino se hace un caldo de queso, ni muy grueso porque no se derrite, y ponerlos sobre una rodaja del pan que ya se venía calentado, para que se vaya calentando hasta que pongamos el jamón. El mismo (el jamón) no reviste demasiadas dificultades, sólo habrá que ponerlo (al jamón) sobre la otra rodaja de pan que estaba calentándose en el tostador, el cuál a esta altura, ya se encontrará en el punto justo de calentamiento. Se preguntaran ustedes cuánto jamón colocar y en qué forma. La respuesta, por más complicada que parezca la pregunta, es sencilla: una o dos fetas. Habiendo hecho esta importante aclaración, será entonces el momento en el que habrá que unir las dos mitades del tostado. La que se compone de una rodaja de pan y el pedazo de queso, y la otra, compuesta por la otra rodaja de pan y la feta de jamón. Yo recomiendo tomar con cuidado la mitad que contiene el pan y el jamón, y colocarla por sobre la otra mitad, la del pan y el queso. Y entonces, con delicadeza, se cierra el tostador y se deja que todo el conjunto (las dos mitades) se caliente, o mejor dicho, que se tueste. No es necesario quedarse como un idiota mirando al tostador hasta que el tostado se haga, o esté lo suficientemente ídem (tostado, je!), sino que se podrá proceder a realizar otras actividades que no demanden más de cinco (5) minutos, como por ejemplo prepararse un mate cocido, leer la sección deportiva del diario, cortarse las uñas del pie, o bajar la ropa de la terraza. Yo, prefiero quedarme mirando como un idiota el tostador hasta que el tostado esté listo, porque una vez me fui a ver la tele mientras esperaba y me colgué mirando como un idiota La vida es un bricolaje, y se me quemó el tostado y llené la casa de humo. Es verdad, la televisión idiotiza.