A ver... Tengo cero onda para el chamuyo en los boliches. O sea, no sirvo ni me gusta. Es algo para lo que no fui diseñado ni entrenado. A lo largo de mi extensa (cuac!) experiencia en los boliches, no sólo de Buenos Aires, sino de casi toda la costa atlántica e inclusive el exterior (re cuac!), si me he levantado 5, 6 minitas en total, en ese ámbito, es mucho. Es que para empezar, no voy a ir en un boliche a encarar a una mina que esté masomenos, sino que la idea es apuntar a una que esté de buena para arriba, sino, cuál es? Dónde está la gracia? Pero por más que en los boliches está lleno de minitas que están rebuenas, eso no signifiqua que alguna me vaya a dar bola. Es más, lo más probable es que directamente, desde el vamos, no me de bola. Y más cuando me acerque y le diga alguna pavada, porque como dije, nunca se me ocurre algo interesante para la primera línea. Por eso casi siempre arrugo y ni me acerco a decirle nada, como si la mina vaya a verme y se me regale. Y si llega a pasar algo, como ha pasado, todo bien esa noche, y tal vez una segunda, pero las chances de que realmente pase algo copado con alguien que conozca bailando en un boliche y que me la haya llevado gritándole un par de pavadas al oido, son mínimas. O sea, si yo alguna vez te levanté en un boliche, dudo que seas mi tipo de chica. En cambio sí he tenido cosas interesantes con chicas a las que fui conociendo (y ella me fue conociendo también) con el tiempo, luego de compartir cenas, tragos, cafés, charlas, risas, etc, etc.
Realmente envidio a la gente que se conoce en un boliche y después resultan ser el uno para el otro. Y demás está decir que hace mil años que no voy a bailar con ánimos que no sean solamente los de pasar un buen rato con amigos, "y emborrachar mi corazon, y rebotar quiero yo"...
Dicen que los cuentos cortos ganan por Knock Out, en cambio una buena novela, gana por puntos. Bueno, debo ser como una novela. Y me encanta que así sea.