Sección: Y, si lo dice el título...
Hoy: El arte de sacar fotos.
Sacar fotos es todo un arte (y, si lo dice el título...). Por empezar se le puede decir de diferenes maneras, por ejemplo me contó mi tío Marcos, al que le dicen Tito, que cuando se fue a México una vez a buscar el agua milagrosa para mi tía Tita, que en realidad se llama Julia, que andaba con várices, allá los mexicanos le dice "tomar fotografías". Eso demuestra la diversidad del lenguaje castellano en hispanoamérica. Mucho no entendí cuando mi tío Marcos, Tito, se acuerdan, me dijo esas palabras, pero sonaban bien y nunca me las voy a olvidar. La cuestión es que mi tio Marcos o Tito, el esposo de mi tía Tita o Julia, y aclaro porque no quiero confundirlos, ya que tengo otros tios y tías, pero se llaman de otra manera. En otra oportunidad les voy a contar de ellos. No los veo muy seguido porque viven en zona norte, San Isidro más precisamente, ya que acá si hablo de algo, lo hago con precisión. Y al vivir por esa zona (norte, San Isidro) se nos hace lejos para ir a visitarlos. A veces los llamamos por teléfono, pero nunca hay nadie. Les dejamos mensajes en el contestador, pero no les debe andar bien, porque tampoco nunca nos responden. Ellos, mis otros tíos, no Marcos y Julia (Tito y Tita) viven en una casa regrande, cerca del río, toda amurallada. Lamentablemente cuando vamos con mi tío Marcos, el otro, el que le dicen Tito, en su Torino marrón metalizado, nunca están. Siempre nos quedamos un rato largo en la puerta haciendo monerías a la cámara de seguridad que tienen en la puerta. Es raro, repito, nunca están. Lo que pasa es que deben estar muy ocupados, mis tíos, los otros, no mi tío Marcos -Tito-, ni mi tía Julia -Tita- sino los que viven en zona norte (San Isidro). Pero mi tío Marcos no se hace problema en haber ido tan lejos al cuete, porque le re gusta andar en auto. Una vez también me contó que se fue hasta Santa Rosa, La Pampa, y puso al Torino a 205 kilómetros por hora. Mi tía Julia, Tita, casi se infarta y cuando pararon, despues de vomitar, le dio una zurra. Lo que pasa es que él tiene el auto preparado ya que es mecánico y la tiene reclara . Él dice que nunca lo dejó, pero yo me acuerdo una vez camino a Miramar, a la altura de Las Armas, tuvimos que parar un rato, unas dos, tres horas, porque el motor estaba recalentado. Ja, como mi tía Julia, que no paraba de quejarse, jejeje... Ella tenía razón porque se iban a pudrir los sandwiches que nos había preparado para el viaje. Igual mucho problema no nos hicimos porque ya estábamos con hambre y con mi primo nos comimos toda la vianda. Mi prima no quiso comer nada porque supuestamente estaba a dieta, y se la pasó hablando con unos chicos más grandes que andaban por ahí vaya uno a saber haciendo qué. Después, mientras mi tio Marcos conversaba con el de la estación de servicio y levantaba los brazos y se los ponía en la cintura, y mi tía se abanicaba bajo un árbol, con mi primo nos fuimos a tirar piedras a un cartel gigante de publicidad que había cerca de la ruta. Y así nos pasamos un buen rato hasta que casi se hizo de noche y mi tio empezó a gritarnos para que volvamos. Mi tía Julia fue la primera en estar lista. Nosotros llegamos enseguidita. A mi prima tuvo que ir a buscarla mi tío porque había desaparecido. Resulta que estaba detrás de la estación de servicio con los pibes esos. Seguro habían estado charlando en el piso porque me acuerdo que se sacudía y se sacaba pasto hasta de la cabeza. Antes de subirnos todos al Torino, mi tío Marcos le pidió al tipo de la estación de servicio que nos saque (o nos "tome", como le dicen en México) una foto a todos nosotros. Nunca llegué a ver esa foto, pero de seguro que no salió muy bien porque no había mucha luz.
Hoy: El arte de sacar fotos.
Sacar fotos es todo un arte (y, si lo dice el título...). Por empezar se le puede decir de diferenes maneras, por ejemplo me contó mi tío Marcos, al que le dicen Tito, que cuando se fue a México una vez a buscar el agua milagrosa para mi tía Tita, que en realidad se llama Julia, que andaba con várices, allá los mexicanos le dice "tomar fotografías". Eso demuestra la diversidad del lenguaje castellano en hispanoamérica. Mucho no entendí cuando mi tío Marcos, Tito, se acuerdan, me dijo esas palabras, pero sonaban bien y nunca me las voy a olvidar. La cuestión es que mi tio Marcos o Tito, el esposo de mi tía Tita o Julia, y aclaro porque no quiero confundirlos, ya que tengo otros tios y tías, pero se llaman de otra manera. En otra oportunidad les voy a contar de ellos. No los veo muy seguido porque viven en zona norte, San Isidro más precisamente, ya que acá si hablo de algo, lo hago con precisión. Y al vivir por esa zona (norte, San Isidro) se nos hace lejos para ir a visitarlos. A veces los llamamos por teléfono, pero nunca hay nadie. Les dejamos mensajes en el contestador, pero no les debe andar bien, porque tampoco nunca nos responden. Ellos, mis otros tíos, no Marcos y Julia (Tito y Tita) viven en una casa regrande, cerca del río, toda amurallada. Lamentablemente cuando vamos con mi tío Marcos, el otro, el que le dicen Tito, en su Torino marrón metalizado, nunca están. Siempre nos quedamos un rato largo en la puerta haciendo monerías a la cámara de seguridad que tienen en la puerta. Es raro, repito, nunca están. Lo que pasa es que deben estar muy ocupados, mis tíos, los otros, no mi tío Marcos -Tito-, ni mi tía Julia -Tita- sino los que viven en zona norte (San Isidro). Pero mi tío Marcos no se hace problema en haber ido tan lejos al cuete, porque le re gusta andar en auto. Una vez también me contó que se fue hasta Santa Rosa, La Pampa, y puso al Torino a 205 kilómetros por hora. Mi tía Julia, Tita, casi se infarta y cuando pararon, despues de vomitar, le dio una zurra. Lo que pasa es que él tiene el auto preparado ya que es mecánico y la tiene reclara . Él dice que nunca lo dejó, pero yo me acuerdo una vez camino a Miramar, a la altura de Las Armas, tuvimos que parar un rato, unas dos, tres horas, porque el motor estaba recalentado. Ja, como mi tía Julia, que no paraba de quejarse, jejeje... Ella tenía razón porque se iban a pudrir los sandwiches que nos había preparado para el viaje. Igual mucho problema no nos hicimos porque ya estábamos con hambre y con mi primo nos comimos toda la vianda. Mi prima no quiso comer nada porque supuestamente estaba a dieta, y se la pasó hablando con unos chicos más grandes que andaban por ahí vaya uno a saber haciendo qué. Después, mientras mi tio Marcos conversaba con el de la estación de servicio y levantaba los brazos y se los ponía en la cintura, y mi tía se abanicaba bajo un árbol, con mi primo nos fuimos a tirar piedras a un cartel gigante de publicidad que había cerca de la ruta. Y así nos pasamos un buen rato hasta que casi se hizo de noche y mi tio empezó a gritarnos para que volvamos. Mi tía Julia fue la primera en estar lista. Nosotros llegamos enseguidita. A mi prima tuvo que ir a buscarla mi tío porque había desaparecido. Resulta que estaba detrás de la estación de servicio con los pibes esos. Seguro habían estado charlando en el piso porque me acuerdo que se sacudía y se sacaba pasto hasta de la cabeza. Antes de subirnos todos al Torino, mi tío Marcos le pidió al tipo de la estación de servicio que nos saque (o nos "tome", como le dicen en México) una foto a todos nosotros. Nunca llegué a ver esa foto, pero de seguro que no salió muy bien porque no había mucha luz.



4 Comments:
Y, si lo dice el título... no puedo mas que coincidir contigo.
Me marie yo tambien... voy a vomitar... chau!
pero además, es verdad, es un arte que requiere práctica constante todo el tiempo, y paciencia, y todo eso que no tengo, pero que conseguiré con tal de ser fotografa, jajajaja.
Sacar, tomar... a veces decimos una o la otra, indistintamente, pero de que sale una foto, ¡¡sale!!. Ja ja ja ja ja ja, menuda confusión tenés aquí.
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