HISTORIAS DE SEXO para levantar el rating.
Cap. 1.6 (último)

Cuando nos estábamos cambiando para irnos del hotel, se me ocurrió decirle:
-Esteee... ¿me das tu teléfono? Así te llamo...
-Yo sabía...- me interrumpe.
"¿Eh? ¿Qué sabía ella?"
-... Sabía que te ibas a enganchar e ibas a querer empezar algo.. o al menos intentarlo.
La verdad que ni idea. Le pedí el teléfono principalmente porque no lo tenía.
-No, nada que ver... No tengo tu teléfono, y bueno, si no tenías nada que hacer, te llamaba el fin de semana para que nos veamos, pero nada... sólo para pasar un rato... si te parece...
-Sabés lo que pasa, yo te voy a dar mi teléfono, vos me vas a llamar el sábado y después la conozco... Todo bien con vos, pero ya fue me parece. Terminamos esta materia y no nos vamos a ver más, vos tenés tu vida, yo tengo la mía...
"Me está diciendo lo mismo que al novio!!!", pensé. Pero conmigo no tenía ningún compromiso... mucho no entendí aunque pude suponer que se pensaba que yo quería algo más en serio con ella. Decidí darle la razón de nuevo. Total, la verdad era que no estaba muy interesado en tener algo con ella más que lo que había pasado en esa habitación de 33 pesos, de los cuales pagó 20 ella porque yo no tenía más de 15 encima.
-Sí, está bien, tenés razón. Mejor dejemosló así, no. Después de todo, vos tenés novio, y tu vida... -Gracias por entender-, me dijo sonriendo y con toda la buena onda.
-No, de nada-, le contesté en voz baja mientras me ponía las zapatillas de espaldas a ella.
Se hizo un silencio. Ella todavía estaba sentada en la cama terminando de vestirse. Me agaché a recojer mis cosas de la facultad: un cuaderno y un libro.
-Bueno, dale, ¿tenés una birome?
Me alzé con las cosas en la mano y la vi. Justo se levantaba. Giró y quedamos de frente.
-¿Eh?
-Una birome ¿Tenés?
-Seh...- contesté mientras sacaba mi lapicera del anillado del cuaderno.
-¿No querías mi número? Dale, anotalo. Todo bien.
Sonreí.
Ese fin de semana obviamente no la llamé. Las siguientes dos clases transcurrieron con total normalidad. Nos sacamos un "8" en el Trabajo Práctico. Tuvimos el parcial a la otra semana. Cada uno estudió por su cuenta. Recién al otro fin de semana la llamé para que salgamos a "festejar" que habíamos aprobado. Pero me dijo que no podía salir, tenía que hacer no sé que cosa, y me pidió mi teléfono. Me dijo que si no me llamaba para el viernes siguiente, que la llame. Esperé hasta el viernes a la noche y la llamé. Se disculpó y me propuso salir el domingo. Acordamos vernos para cenar en la pizzería de Av La Plata y Rivadavía, pero me canceló un par de horas antes. Me hizo notar que se sentía muy mal por hacerlo, y para compensarme propuso vernos el lunes a la noche. Acepté. Salimos ese lunes y terminamos en su departamento.
Repetimos ese tipo de salida en las vacaciones de invierno dos veces. Afortunadamente sus padres iban y venían, así que al telo fuimos sólo esa vez después de la facultad. Después, durante el segundo cuatrimestre "salimos" tres veces más, hasta que de repente, sin darnos cuenta, dejamos de llamarnos...