HISTORIAS DE SEXO II
Cap. 2.5 (No apto para menores)
Caminamos hacia los ascensores a paso firme pero natural. Giulia le mostró al seguridad/guardia/patova las tarjetas a una distancia prudencial para que no las pueda ver en detalle al mismo tiempo que lo saludaba con un seco "hi" y un gesto casi sonrisa. El tipo hizo un ademán como si nada y siguió en su mundo. Nosotros esperamos frente a las puertas cerradas del ascensor tomados de la mano, tranquilos. Apenas las puertas se abrieron, como que nos zambullimos dentro. Por suerte no subió nadie más, no había nadie en el hall. Los pocos segundos hasta el piso 7, que generalmente son una eternidad para quién está apurado, me resultaron un suspiro, pero tuvimos tiempo de tocarnos bastante. Alcancé a darle unos cuantos besos en el cuello, desabrocharle un par de botones de la blusa, poner una mano en su pecho, y arrimarla más a mí empujándola desde su cola. Ella no se quedó atrás y ya jubaga con su mano en mi entrepierna.
El trayecto desde el ascensor hasta su habitación, unos quince metros de pasillo desierto e iluminado, los hicimos a la velocidad de la luz y a los tumbos, pero sin emitir palabra. Entramos como pudimos y me imagino que la puerta se cerró sola o lo hizo ella, porque ni me di cuenta. Ahí yo ya me había sacado las zapas y al llegar a la cama ella ya había perdido su blusa y yo la remera. Como decía, llegamos a la cama, pero no nos acostamos. Quedamos parados a un costado. Ella, con sus manos ya había desabrochado mi jean. En ese momento comenzó a agacharse. Se detuvo cuando su cabeza llegó a la altura de mi cintura (perdón por la rima). Me miró desde ahí abajo, y bajó mi pantalón hasta los tobillos. Mi única reacción fue sentarme en el borde de la cama. Ella ya estaba arrodillada y comenzó. Bueno, sí, no se escandalicen por el lenguaje (doble sentido, je!): empezó a chupármela, dicho en criollo. Vale la pena aclarar, y de ahí que haya decidido contar esta historia con este grado de detalle, no tanto por el hecho de ser una "aventura" en Las Vegas, y/o sexo con una italiana, sino por la sencilla razón de haber sido la primera vez que me practicaban sexo oral (esa! ahora me puse a hablar con tecnicismos...). ¿Pero...? se preguntarán Uds. Bueno, no son nada originales. Mis amigos me hicieron la misma pregunta cuando les comentaba esta historia, a pocas horas de haber vuelto a baires. Y sí. A esa altura de mi vida no había tenido yo una graaaan experiencia en lo sexual, y simplemente eso no se había dado hasta ese momento. Las mujeres con las que había estado generalmente eran más tímidas y menos experimentadas que yo, y como mucho no me daba pedirlo, si no se daba, no se daba... Bueno, está bien, sí, pero entiendan el momento, la edad, mi cabeza etc, etc... Una época , por ejemplo, en que la frase "hacer un pete" no existía... En fin. Volviendo a Las Vegas, la mina la tenía re clara, y yo me di una vuelta por el universo mientras ella se entretenía ahí abajo. Al día de hoy, ninguna la ha superado en ese rubro, tengo que decirlo. Tal vez por haber sido la primera, no sé. Sin dudas, la mejor. Tanto que al rato de estar dale que dale cual colegiala con chupetín (habiendo taaaantas metáforas, similes, comaparaciones, yo vengo a a eligir esa...) sin que yo la interrumpiera, sentí que estaba por acabar. No sé cómo pero puse la cabeza en frio. No sé si hice mal o bien, pero le avisé. Sí, le avisé en tres idiomas.
-Pará, pará... Fermati, stop-, le dije.
Me miró.
Le dije el clásico porno "I'm coming". No me entendió. Traté de hacerle comprender hasta con señas, y al fin logró captar la idea. En realidad no quería acabar ahí, o mejor dicho, en ese momento, y después esperar un rato para volver a empezar. No teníamos mucho tiempo, supuestamente, y bueno, no sé.
Me agradeció que le haya avisado (¿?) y se levantó. Ella estaba todavía con el corpiño y en jeans. Se arregló un poco el pelo, me dijo algo en italiano que nunca entendí, pero sonrió y se fue al baño. ¿Y ahora? No se me ocurrió otra cosa que sacarme el pantalón que tenía en los tobillos y meterme en la cama que suponía era la de ella. Había silencio en la habitación. Bah, sólo se escuchaba el sonido el agua corriendo desde el baño. Miré al costado y en la mesita de luz encontré el control de la tele. Me apuré a buscar un canal de música pero encontré algo mejor: un canal/radio, de esos que pasan música "funcional" en una pantalla negra. Me acuerdo que la segunda estación/canal era medio blusera y dejé esa. Enseguida ella salió del baño. Estaba en ropa interior y con el pelo suelto. Apagó la luz del baño y se acercó a la cama mientras se desprendía el corpiño. Bueno, a partir de ahí, todo bastante normal... Bah, normal fue un decir. Para mí fue el mejor sexo que había tenído hasta ese momento. Dimos unas vueltas bárbaras, intentamos posiciones inéditas para mí, y sólo faltó que la tana entregue la cola, cosa que creo que sí le hubiera pedido, hubiera accedido, pero en ese momento ni se me cruzó...
Cuando terminamos nos quedamos un rato en la cama boludeando, hablando pavadas, riendo, haciendo chistes y aprendiendo palabras en el idioma del otro. Cuando sonó el teléfono admito que me asusté. Era Carmela desde abajo preguntando qué onda, que quería subir a dormir. Giulia me pidió perdón, que entendiera. No le hice problema ni nada. En menos de diez minutos ya estaba cruzando el lobby hacia la salida. La despedida fue muy rápida. Los dos sabíamos que iba a ser la última vez que íbamos a estar frente a frente y nos abrazamos muy fuerte e intercambiamos emails, que en esa época no era algo tan común, razón por la cuál le di mi dirección postal para que me envíe por correo ordinario la foto que nos habíamos sacado esa noche arriba del puente que cruzaba el Strip, con el New York, New York de fondo.
Obviamente nunca recibí un sólo mail de ella, menos la carta con la foto. El año pasado intenté sin éxito contactarme con ella por email. Yo iba para Italia y quién sabe... capaz que estaría en Milano trabajando o viviendo en alguna otra ciudad y mi idea era tal vez visitarla o encontrarnos... Pero nada. En fin...
Cap. 2.5 (No apto para menores)
Caminamos hacia los ascensores a paso firme pero natural. Giulia le mostró al seguridad/guardia/patova las tarjetas a una distancia prudencial para que no las pueda ver en detalle al mismo tiempo que lo saludaba con un seco "hi" y un gesto casi sonrisa. El tipo hizo un ademán como si nada y siguió en su mundo. Nosotros esperamos frente a las puertas cerradas del ascensor tomados de la mano, tranquilos. Apenas las puertas se abrieron, como que nos zambullimos dentro. Por suerte no subió nadie más, no había nadie en el hall. Los pocos segundos hasta el piso 7, que generalmente son una eternidad para quién está apurado, me resultaron un suspiro, pero tuvimos tiempo de tocarnos bastante. Alcancé a darle unos cuantos besos en el cuello, desabrocharle un par de botones de la blusa, poner una mano en su pecho, y arrimarla más a mí empujándola desde su cola. Ella no se quedó atrás y ya jubaga con su mano en mi entrepierna.
El trayecto desde el ascensor hasta su habitación, unos quince metros de pasillo desierto e iluminado, los hicimos a la velocidad de la luz y a los tumbos, pero sin emitir palabra. Entramos como pudimos y me imagino que la puerta se cerró sola o lo hizo ella, porque ni me di cuenta. Ahí yo ya me había sacado las zapas y al llegar a la cama ella ya había perdido su blusa y yo la remera. Como decía, llegamos a la cama, pero no nos acostamos. Quedamos parados a un costado. Ella, con sus manos ya había desabrochado mi jean. En ese momento comenzó a agacharse. Se detuvo cuando su cabeza llegó a la altura de mi cintura (perdón por la rima). Me miró desde ahí abajo, y bajó mi pantalón hasta los tobillos. Mi única reacción fue sentarme en el borde de la cama. Ella ya estaba arrodillada y comenzó. Bueno, sí, no se escandalicen por el lenguaje (doble sentido, je!): empezó a chupármela, dicho en criollo. Vale la pena aclarar, y de ahí que haya decidido contar esta historia con este grado de detalle, no tanto por el hecho de ser una "aventura" en Las Vegas, y/o sexo con una italiana, sino por la sencilla razón de haber sido la primera vez que me practicaban sexo oral (esa! ahora me puse a hablar con tecnicismos...). ¿Pero...? se preguntarán Uds. Bueno, no son nada originales. Mis amigos me hicieron la misma pregunta cuando les comentaba esta historia, a pocas horas de haber vuelto a baires. Y sí. A esa altura de mi vida no había tenido yo una graaaan experiencia en lo sexual, y simplemente eso no se había dado hasta ese momento. Las mujeres con las que había estado generalmente eran más tímidas y menos experimentadas que yo, y como mucho no me daba pedirlo, si no se daba, no se daba... Bueno, está bien, sí, pero entiendan el momento, la edad, mi cabeza etc, etc... Una época , por ejemplo, en que la frase "hacer un pete" no existía... En fin. Volviendo a Las Vegas, la mina la tenía re clara, y yo me di una vuelta por el universo mientras ella se entretenía ahí abajo. Al día de hoy, ninguna la ha superado en ese rubro, tengo que decirlo. Tal vez por haber sido la primera, no sé. Sin dudas, la mejor. Tanto que al rato de estar dale que dale cual colegiala con chupetín (habiendo taaaantas metáforas, similes, comaparaciones, yo vengo a a eligir esa...) sin que yo la interrumpiera, sentí que estaba por acabar. No sé cómo pero puse la cabeza en frio. No sé si hice mal o bien, pero le avisé. Sí, le avisé en tres idiomas.
-Pará, pará... Fermati, stop-, le dije.
Me miró.
Le dije el clásico porno "I'm coming". No me entendió. Traté de hacerle comprender hasta con señas, y al fin logró captar la idea. En realidad no quería acabar ahí, o mejor dicho, en ese momento, y después esperar un rato para volver a empezar. No teníamos mucho tiempo, supuestamente, y bueno, no sé.
Me agradeció que le haya avisado (¿?) y se levantó. Ella estaba todavía con el corpiño y en jeans. Se arregló un poco el pelo, me dijo algo en italiano que nunca entendí, pero sonrió y se fue al baño. ¿Y ahora? No se me ocurrió otra cosa que sacarme el pantalón que tenía en los tobillos y meterme en la cama que suponía era la de ella. Había silencio en la habitación. Bah, sólo se escuchaba el sonido el agua corriendo desde el baño. Miré al costado y en la mesita de luz encontré el control de la tele. Me apuré a buscar un canal de música pero encontré algo mejor: un canal/radio, de esos que pasan música "funcional" en una pantalla negra. Me acuerdo que la segunda estación/canal era medio blusera y dejé esa. Enseguida ella salió del baño. Estaba en ropa interior y con el pelo suelto. Apagó la luz del baño y se acercó a la cama mientras se desprendía el corpiño. Bueno, a partir de ahí, todo bastante normal... Bah, normal fue un decir. Para mí fue el mejor sexo que había tenído hasta ese momento. Dimos unas vueltas bárbaras, intentamos posiciones inéditas para mí, y sólo faltó que la tana entregue la cola, cosa que creo que sí le hubiera pedido, hubiera accedido, pero en ese momento ni se me cruzó...
Cuando terminamos nos quedamos un rato en la cama boludeando, hablando pavadas, riendo, haciendo chistes y aprendiendo palabras en el idioma del otro. Cuando sonó el teléfono admito que me asusté. Era Carmela desde abajo preguntando qué onda, que quería subir a dormir. Giulia me pidió perdón, que entendiera. No le hice problema ni nada. En menos de diez minutos ya estaba cruzando el lobby hacia la salida. La despedida fue muy rápida. Los dos sabíamos que iba a ser la última vez que íbamos a estar frente a frente y nos abrazamos muy fuerte e intercambiamos emails, que en esa época no era algo tan común, razón por la cuál le di mi dirección postal para que me envíe por correo ordinario la foto que nos habíamos sacado esa noche arriba del puente que cruzaba el Strip, con el New York, New York de fondo.
Obviamente nunca recibí un sólo mail de ella, menos la carta con la foto. El año pasado intenté sin éxito contactarme con ella por email. Yo iba para Italia y quién sabe... capaz que estaría en Milano trabajando o viviendo en alguna otra ciudad y mi idea era tal vez visitarla o encontrarnos... Pero nada. En fin...
6 Comments:
No me gustó mucho como quedó esta última parte.. tal vez porque me divierte más contar la previa y los pequeños detalles anteriores al acto es sí.. pero bueh, acá tienen. Querían sexo, tienen sexo.
No sea cosa que te pase como al Dr Zhivago el dìa que te la cruces por una calle cualquiera del mundo...
bieeen
me gustó!
a mi también!
A mi también.
Muy detallado.
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