Resulta que el otro día me llamaron al celular y cortaron antes que pueda atender.
La pantallita me mostraba un número, por ende quién había hecho el llamado no estaba en mi agenda (si no me hubiera mostrado un nombre). Después cuando me fijé en las llamadas perdidas vi que no era un celular. Alguien me llamaba de una casa. La característica no parecía conocida, pero tenía pinta de ser de Belgrano...
Aquí lo lógico, o mejor dicho, lo que acostumbra a hacer la gente, para sacarse la duda, es llamar al número y preguntar porque han hecho la llamada, de quién se trata. Pero como esa era una solución muy sencilla, paranoico no soy y además, que en caso de haberse tratado de una llamada por error, el misterio se esfumaría de golpe, busqué otra salida: estaba en lo de un amigo y justo había una computadora conectada a internet a mano. Entonces busqué en el directorio on line (la guía telefónica, bah) el número de teléfono y me dio una dirección y un nombre. Esperaba yo con toda la ilusión que sea alguien conocido... Pero no. Un apellido que ni idea, una calle (Ciudad de la Paz, Belgrano... al menos emboqué el barrio...) que por más que hiciera memoría, no conocía a nadie que viviera en ella... En fin...